Un estudio reciente de la Secretaría de Investigación y Desarrollo del Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina, titulado <<Indicios de coacción en la escritura manuscrita: Un estudio teórico sobre la relación entre los rasgos gráficos y la emoción>>, resalta el potencial de la grafología emocional como herramienta pericial. Este estudio se enfoca en detectar signos de coacción en la escritura, evaluando si la voluntad del autor fue afectada al momento de realizar una declaración manuscrita. Los resultados indican que la grafología puede identificar anomalías gráficas indicativas de situaciones coercitivas, proporcionando bases sólidas para la intervención pericial.

Esto va en armonía con los lineamientos internacionales en cuanto a la determinación de la espontaneidad como requisito de seguridad de una firma auténtica. No solo debe provenir de su titular, sino, también debe ser de trazado honesto y estar vigente, entre otros requisitos para establecer la autenticidad de un escrito.

Para asegurar la efectividad de las pericias documentológicas, es fundamental la formación continua de los profesionales, como en mi caso, con la grafología forense como complemento. La implementación de capacitaciones y talleres especializados es esencial para desarrollar especialistas en este área, quienes pueden ser un recurso valioso para la justicia en casos que requieran conocimientos específicos en grafología.