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El Homicidio de María Marta García Belsunce.
Por Lic. Daniel Salcedo
Dentro de la historia criminal de la República Argentina, existen casos emblemáticos. Uno de ellos es el homicidio de María Marta García Belsunce, ocurrido en 2002 en Pilar, provincia de Buenos Aires. El 27 de octubre de 2002, poco después de las 18 horas, el plan que Nicolás Pachelo había implementado en otros robos falló.
La dueña de la casa adelantó su regreso y lo sorprendió mientras ejecutaba el asalto. Ingresó en la vivienda, donde residían García Belsunce y su esposo Carlos Carrascosa, y se encontró con María Marta en la planta superior. Al ser reconocido por la víctima, Pachelo intentó silenciarla, golpeándola en el rostro y cuerpo. Acto seguido, con la intención de eliminar testigos y asegurar su impunidad, le disparó seis veces con un revólver calibre 32.
Casi veinte años después, en octubre de 2022, el Ministerio Público Fiscal de San Isidro solicitó al Instituto de Criminalística Argentino la revisión de toda la evidencia en preparación para un nuevo juicio. Nicolás Pachelo, a quien se le habían probado más de nueve robos con el mismo modus operandi, aparece como protagonista en la principal hipótesis. Al momento del homicidio, Pachelo vivía a 100 metros de la casa de la víctima y había sido visto por dos testigos en el lugar, aunque esos testimonios fueron desacreditados en la investigación inicial llevada a cabo por el fiscal Molina Pico. En este último juicio, Pachelo fue declarado culpable, y la Corte de Casación Penal de Buenos Aires confirmó su condena a la pena máxima, 21 años después del crimen.
Este crimen es un ejemplo de lo que no debe hacerse en una investigación, ya que la falta de rigor científico permitió que un hecho tan grave estuviera cerca de quedar impune, pese a la abundancia de pruebas.
Inicialmente, la muerte de García Belsunce se caratuló como un accidente doméstico, la víctima había caído en el jacuzzi de su baño y golpeó su cabeza contra las canillas. Sin embargo, el 2 de diciembre de 2003, a pedido de sus familiares insatisfechos con la investigación, se realizó una autopsia en la Morgue Judicial de la Nación, los doctores Carlos Flores y Héctor Moreira, con la participación del eviscerador Juan Sac, llevaron a cabo el procedimiento, mientras que el doctor Vázquez Fanego actuó como observador. El resultado reveló que había sido asesinada, la causa fue re caratulada como homicidio.
La concatenación de errores en la investigación —que incluyó la contaminación de la escena del crimen, donde se permitió velar el cuerpo en presencia de más de 200 personas—, las interpretaciones desacertadas de las evidencias y la desestimación de declaraciones de testigos clave, culminaron en uno de los aspectos más notorios del caso: la condena inicial del esposo de la víctima, Carlos Carrascosa. Este fue encarcelado por casi ocho años hasta que finalmente se dictó su absolución y se declaró su inocencia. Este lamentable desenlace pone de manifiesto los peligros de construir hipótesis sin respaldo científico y basadas en premisas erróneas, lo cual conlleva inevitablemente a conclusiones equivocadas y a la posibilidad de injusticias irreparables.
LeMoyne Snyder: “La investigación de homicidios debe basarse en Ocasión, Oportunidad y Motivo”
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACION APLICADA AL CASO
La revisión exhaustiva de la evidencia fue esencial para identificar finalmente al culpable. Según el principio de Edmond Locard, “el tiempo que pasa es la verdad que huye”, una frase que ilustra perfectamente los desafíos del caso García Belsunce, en el que los errores iniciales dificultaron el hallazgo de la verdad.
El análisis consistió en revisar los 60 cuerpos de la causa para recrear todas las circunstancias del suceso. Este estudio se fundamenta en la evidencia científica y en los distintos informes periciales realizados por expertos, que ratificaron las pruebas obtenidas. En principio, se realizó una nueva inspección del lugar del hecho para evaluar científicamente las posibles trayectorias, obstáculos y barreras físicas.
¿Qué tan importante es aplicar métodos científicos rigurosos en la investigación criminal? Este caso pone de relieve que una falta de cuidado y profesionalismo en los procedimientos periciales puede desencadenar en graves errores judiciales y extender innecesariamente el proceso de búsqueda de justicia.
LESIONES
La investigación se centró exclusivamente en las pruebas objetivas del expediente, muchas de las cuales no se valoraron adecuadamente en el momento procesal oportuno. Informes previos contenían determinaciones falsas y especulaciones sin base científica, contribuyendo a una primera condena viciada por interpretaciones erróneas. Esto fue producto de un silogismo engañoso: partiendo de una premisa falsa, los razonamientos correctos llevaron a una conclusión incorrecta, lo cual recuerda la teoría del «fruto del árbol envenenado».
En cuanto a la hipótesis del ataque, es relevante mencionar los diferentes tipos de lesiones en la víctima. Las contusiones en las extremidades inferiores, localizadas en la parte anterior de las piernas, corresponden a «heridas vitales» según el informe médico legal, resultado de golpes con o contra objetos de relativa dureza. Estas lesiones sugieren que la víctima luchó, incluso presentando signos de defensa.
En la cara posterior de las piernas se encontraron otras lesiones, resultado de impactos con superficies duras sin bordes filosos. Además, se observaron lesiones en el cráneo, como contusiones en el arco superciliar izquierdo y la zona frontoparietal derecha.
Siguiendo los principios de la investigación de homicidios según LeMoyne Snyder («Homicide Investigation, Practical Information for Coroners, Police Officers and Other Investigators», Editorial LIMUSA WILEY), se destacan tres factores: ocasión, oportunidad y motivo. En este análisis, se abordan los indicios con rigor científico para determinar cuáles son válidos y qué conclusiones pueden extraerse de la evidencia de la escena del crimen.
Este caso demuestra la importancia de una investigación científica y rigurosa en casos de homicidio, evitando que errores en la interpretación inicial de los indicios deriven en condenas injustas y, en este caso, casi lleven a la impunidad del verdadero culpable.
- 32% de las investigaciones criminalísticas se ven afectadas por contaminaciones de la escena del crimen
- 76% de las revisiones periciales incluyen al menos un análisis interdisciplinario para reforzar su validez
Sobre este caso se han escrito libros, producido películas y series. Sin embargo, la verdad se alcanzó solo tras una investigación rigurosa e interdisciplinaria. La verdad no es lo que se dice, sino lo que puede demostrarse científicamente. Además del análisis escrito, se realizó una recreación que mostró la secuencia de hechos y la hipótesis más probable, fundamentada en elementos objetivos.
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